Estuvo agazapado en un compartimento secreto construido en el baño de su depa, ostensiblemente lujoso
REDACCIÓN
El Gráfico
Viernes 02 de marzo de 2007
http://eluniversalgrafico.com.mx/grafico/63806.html
El departamento más lujoso, marcado con el número 202, del predio ubicado en Tenochtitlán 40, era habitado por Filiberto Martínez, ex policía de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
Versiones de vecinos y de policías que participaron en su detención señalan que el ex policía fue capturado en los operativos que se realizaron recientemente, aunque la información oficial omite este arresto.
"Entramos a buscarlo dos veces, pero no lo encontramos. Fue hasta como a las 2 de la mañana que lo descubrimos", afirma uno de los agentes que lo detuvieron.
Filiberto estaba agazapado en un compartimento secreto construido en el baño de su vivienda, al que se entraba removiendo un espejo sobrepuesto.
Vivía con un niño
En la vivienda aún se puede observar ropa interior femenina regada por el piso, aunque hay quien señala que el ex policía vivía solo, con un infante de 10 años.
El escondite, que medía 2.20 por 2.20 metros, tenía repisas hechizas para almacenar droga, y cuando llegaban a buscarlo, quedaba espacio suficiente para que pudiera esconderse.
En una de las recámaras del departamento, casi a ras del suelo, en una caja fuerte empotrada en la pared, fue localizado un kilo de cocaína. Éstos fueron de los pocos rastros de sustancias prohibidas detectados.
Según narran, Filiberto era el principal distribuidor de droga del "40 de Tenoch". Incluso, los cuidadosos acabados de su vivienda dan cuenta de su relación estrecha con el narcomenudeo.
En el departamento se encontró un acceso que comunicaba con la azotea. Cubierto con domos, había un improvisado gimnasio, y en un cuarto contiguo, un jacuzzi. En las dos plantas existe sistema de interfón que presuntamente se utilizaba para realizar los pedidos de droga desde la calle.
Cuando recién se realizó la expropiación, y en el primer recorrido de la prensa, se constató que en la estancia, de frente a la entrada, había un librero que hoy luce vacío, pero que albergaba varias colecciones de libros, enciclopedias y diccionarios.
Justo en el departamento de al lado vivía, según versiones de los vecinos, una de sus amantes. Allí se observa un lujoso aplanado de granito en toda la vivienda que la hace muy distante de las casas humildes que había en el predio que hoy está en proceso de demolición.
Versiones de vecinos y de policías que participaron en su detención señalan que el ex policía fue capturado en los operativos que se realizaron recientemente, aunque la información oficial omite este arresto.
"Entramos a buscarlo dos veces, pero no lo encontramos. Fue hasta como a las 2 de la mañana que lo descubrimos", afirma uno de los agentes que lo detuvieron.
Filiberto estaba agazapado en un compartimento secreto construido en el baño de su vivienda, al que se entraba removiendo un espejo sobrepuesto.
Vivía con un niño
En la vivienda aún se puede observar ropa interior femenina regada por el piso, aunque hay quien señala que el ex policía vivía solo, con un infante de 10 años.
El escondite, que medía 2.20 por 2.20 metros, tenía repisas hechizas para almacenar droga, y cuando llegaban a buscarlo, quedaba espacio suficiente para que pudiera esconderse.
En una de las recámaras del departamento, casi a ras del suelo, en una caja fuerte empotrada en la pared, fue localizado un kilo de cocaína. Éstos fueron de los pocos rastros de sustancias prohibidas detectados.
Según narran, Filiberto era el principal distribuidor de droga del "40 de Tenoch". Incluso, los cuidadosos acabados de su vivienda dan cuenta de su relación estrecha con el narcomenudeo.
En el departamento se encontró un acceso que comunicaba con la azotea. Cubierto con domos, había un improvisado gimnasio, y en un cuarto contiguo, un jacuzzi. En las dos plantas existe sistema de interfón que presuntamente se utilizaba para realizar los pedidos de droga desde la calle.
Cuando recién se realizó la expropiación, y en el primer recorrido de la prensa, se constató que en la estancia, de frente a la entrada, había un librero que hoy luce vacío, pero que albergaba varias colecciones de libros, enciclopedias y diccionarios.
Justo en el departamento de al lado vivía, según versiones de los vecinos, una de sus amantes. Allí se observa un lujoso aplanado de granito en toda la vivienda que la hace muy distante de las casas humildes que había en el predio que hoy está en proceso de demolición.
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