Samuel nació y creció en una de las vecindades más peligrosas de Tepito y ha sido encarcelado 22 veces. Concluyó su rehabilitación en la clínica Oceánica
CLAUDIA BOLAÑOS
El Universal
Jueves 01 de marzo de 2007
http://www.eluniversal.com.mx/ciudad/82815.html
Samuel, de 48 años, nació y creció en el barrio bravo, en una de las vecindades consideradas dentro de las más peligrosas de Tepito: El Mesón.
Este habitante de dicho inmueble ubicado en la calle Fray Bartolomé de las Casas, número 21, ha estado en prisión 22 ocasiones, por delitos como daño en propiedad ajena y lesiones, pero la mayoría han sido robos, ilícitos que cometió bajo los influjos de la droga.
Nació en Tepito, en la calle de Florida casi al cruce con Caridad, y de sus padres, una sexoservidora y un bolero, tuvo el ejemplo del consumo de drogas.
Mariguana y pastillas eran las favoritas de su progenitora, así que no fue raro que él, a los nueve años, tuviera que trabajar para ayudar a sostener a sus hermanitos y luego, tras poner y quitar puestos del populoso tianguis tepiteño, se dedicara a fumar "hierba mala" o a inhalar resistol.
Hoy la percepción que tenía de su vida iniciada en la vecindad que fue utilizada para filmar la película Chin Chin-El Teporocho, cambiaron a través de un tratamiento de desintoxicación que hoy concluyó en la clínica de atención integral para internos consumidores de droga, ubicada al interior de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla.
Con apoyo de la fundación Oceánica este lugar ha atenido en 11 meses, un total de 116 internos y hay muchos más en lista de espera, tanto de esta prisión como de otros reclusorios.
La fundación Oceánica ingresará este año a otras cárceles del país, entre ellas a un segundo reclusorio en el Distrito Federal que será Centro Varonil de Readaptación social (Ceresova).
También ya operan en Durango, Veracruz y Baja California, y allá al igual que en la llamada "Peni" capacitó a personal penitenciario que ha atendido,
El presidente de Oceánica Jesús Cevallos Coppel, informó lo anterior y dijo que sería un gran avance que todas las cárceles del país tuvieran clínicas de rehabilitación para adictos, pues de esta manera verdaderamente se habría readaptación social.
Durante un recorrido realizado en la mencionada penitenciaria, a la que acudieron el subsecretario de gobierno del Distrito Federal, Juan José García Ochoa, así como el director general de Prevención y Readaptación Social, Hazael Ruiz Ortega, se indicó que el objetivo es que en todos los penales de la ciudad de México se cuente con este servicio.
Uno de los reos que están en tratamiento, Samuel, ha estado prisión más de 20 veces debido a diversos ilícitos que cometió bajo los influjos de las drogas.
En esta cárcel, la más antigua del Distrito Federal, se adaptó el centro de tratamiento para adictos en lo que fuera una zona de castigo, donde ahora hay más de 30 pacientes y muchos más, que están en lista de espera, desean ingresar.
Samuel narra que la violencia intrafamiliar en la que creció y su vergüenza hacia el oficio de su madre, fue la causa que lo llevó a drogarse; luego, el ambiente en el que se desenvolvió no solo lo atrapó a él en el mundo de las drogas sino a otro de sus hermanos.
Este habitante de dicho inmueble ubicado en la calle Fray Bartolomé de las Casas, número 21, ha estado en prisión 22 ocasiones, por delitos como daño en propiedad ajena y lesiones, pero la mayoría han sido robos, ilícitos que cometió bajo los influjos de la droga.
Nació en Tepito, en la calle de Florida casi al cruce con Caridad, y de sus padres, una sexoservidora y un bolero, tuvo el ejemplo del consumo de drogas.
Mariguana y pastillas eran las favoritas de su progenitora, así que no fue raro que él, a los nueve años, tuviera que trabajar para ayudar a sostener a sus hermanitos y luego, tras poner y quitar puestos del populoso tianguis tepiteño, se dedicara a fumar "hierba mala" o a inhalar resistol.
Hoy la percepción que tenía de su vida iniciada en la vecindad que fue utilizada para filmar la película Chin Chin-El Teporocho, cambiaron a través de un tratamiento de desintoxicación que hoy concluyó en la clínica de atención integral para internos consumidores de droga, ubicada al interior de la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla.
Con apoyo de la fundación Oceánica este lugar ha atenido en 11 meses, un total de 116 internos y hay muchos más en lista de espera, tanto de esta prisión como de otros reclusorios.
La fundación Oceánica ingresará este año a otras cárceles del país, entre ellas a un segundo reclusorio en el Distrito Federal que será Centro Varonil de Readaptación social (Ceresova).
También ya operan en Durango, Veracruz y Baja California, y allá al igual que en la llamada "Peni" capacitó a personal penitenciario que ha atendido,
El presidente de Oceánica Jesús Cevallos Coppel, informó lo anterior y dijo que sería un gran avance que todas las cárceles del país tuvieran clínicas de rehabilitación para adictos, pues de esta manera verdaderamente se habría readaptación social.
Durante un recorrido realizado en la mencionada penitenciaria, a la que acudieron el subsecretario de gobierno del Distrito Federal, Juan José García Ochoa, así como el director general de Prevención y Readaptación Social, Hazael Ruiz Ortega, se indicó que el objetivo es que en todos los penales de la ciudad de México se cuente con este servicio.
Uno de los reos que están en tratamiento, Samuel, ha estado prisión más de 20 veces debido a diversos ilícitos que cometió bajo los influjos de las drogas.
En esta cárcel, la más antigua del Distrito Federal, se adaptó el centro de tratamiento para adictos en lo que fuera una zona de castigo, donde ahora hay más de 30 pacientes y muchos más, que están en lista de espera, desean ingresar.
Samuel narra que la violencia intrafamiliar en la que creció y su vergüenza hacia el oficio de su madre, fue la causa que lo llevó a drogarse; luego, el ambiente en el que se desenvolvió no solo lo atrapó a él en el mundo de las drogas sino a otro de sus hermanos.
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